Aunque el sexo oral es una de las prácticas más importantes dentro de las relaciones sexuales, no olvidemos que tenemos muchas más zonas erógenas y que podemos estimular y jugar con ellas. Como por ejemplo, el cuello, los lóbulos de las orejas, los muslos. Las caricias, los mordiscos, los besos, son parte de este juego, así que puedes dedicar especial atención a estas zonas.
Una vez hemos descubierto todas las zonas erógenas podemos pasar a estimular la vulva. ¡Recuerda dejar el clítoris para el final!
El truco de todo esto es lamer toda la vulva de abajo hacia arriba pero casi sin rozarla de esta manera irás estimulándola muy poco a poco.